A lo largo de la historia y bajo distintos puntos de vista, desde la medicina, la filosofía y la psicología, se ha intentado distinguir entre los conceptos ansiedad angustia y estrés. Pero a nivel coloquial seguimos utilizándolos indistintamente, aunque tienen claras diferencias. Nos ocupamos hoy de los trastornos de ansiedad y de como la acupuntura y el ejercicio físico nos pueden ayudar a mejorar complementando el tratamiento médico .
Ante un peligro o situación difícil el organismo reacciona de la misma forma, pensamos las mismas cosas, sentimos las mismas sensaciones; esta reacción es ansiedad.
La ansiedad es una respuesta innata a nuestra especie que tiene como misión la supervivencia.
Cuando nos encontramos en peligro el circuito se dispara haciendo que actuemos de la forma más eficaz para sobrevivir. Es, pues, una respuesta adaptativa.
La ansiedad es necesaria en situaciones no cotidianas que suponen un desafío o cuando existe un peligro real, por ejemplo cuando ocurre algo inesperado mientras conducimos, hablar en público, realizar un examen, o competir en una prueba deportiva. En todas estas situaciones, como respuesta al estrés, nos ponemos ansiosos y nuestro organismo se acelera, el corazón late más deprisa, los músculos se tensan … para rendir al máximo. Así ha sido a lo largo de la evolución de nuestra especie.
Cierto grado de ansiedad nos facilita las tareas, por ejemplo recordar mejor la información, pensar más rápido en el caso de un examen…. Pero si por el contrario se experimenta un grado elevado de ansiedad la tarea se verá entorpecida, puede suceder que nos quedemos en blanco, salgamos del examen, etc. En este caso podremos experimentar síntomas como mareo, calor, sudor, tensión en el pecho, cambios en el ritmo respiratorio, cambios fisiológicos, todo ello junto a pensamientos dramáticos, que producen un gran desasosiego e inquietud.
En psicología se considera que existen problemas de ansiedad cuando ésta es muy intensa ante situaciones en las que la mayoría de las personas no se pondrían ansiosas o sentirían solo una ansiedad moderada.
También es característico de la ansiedad que los síntomas puedan producirse ante situaciones que no han ocurrido, pero que la persona prevé. Es la llamada ansiedad anticipatoria.
Un estado de ansiedad intensa que se prolonga en el tiempo nos lleva a estar constantemente preocupados , hipervigilantes y alarmados. Según el Dr. Mario Alonso Puig, nos instalamos en la zona de “supervivencia” que pertenece a lo que él denomina “zona oscura de la mente”. Estar instalados en esta zona tiene gran repercusión en nuestro cerebro pues se produce entre otros una bajada en la capacidad de atención, la eficiencia, la memoria, la capacidad de aprender, además de enfermar con mayor facilidad.
En el estado de ansiedad excesiva, al igual que en la depresión, se ha demostrado la existencia de inflamación física a nivel cerebral. Y dado que se conoce la conexión existente entre sistema nervioso y sistema musculoesquelético, es importante remarcar el hecho de que el ejercicio físico puede ayudar a mejorar la inflamación cerebral, ya que disminuye algunos de los factores que la producen y mantienen.
El ejercicio físico debe aconsejarse junto al tratamiento de los trastornos depresivos y de ansiedad.
La acupuntura puede ayudar en los trastornos de ansiedad disminuyendo las alteraciones que se producen y su intensidad. Puede combinarse sin problema alguno con el tratamiento farmacológico y la terapia psicológica.
La calma mental permite aprender a percibir nuestra mente, siendo más conscientes de nuestros pensamientos y dar nombre a nuestras emociones. Comprendernos mejor a nosotros mismos y mejorar nuestras relaciones con los demás; es lo que el Médico y Psiquiatra Daniel J. Siegel denomina “mindsight”.
